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Panorama macroeconómico del Reino Unido: navegar por la incertidumbre

Los retos de la economía británica continúan y, aunque el crecimiento económico de 2024 superó inicialmente las expectativas, recientemente ha mostrado signos de ralentización. El PIB real mensual fue plano tanto en junio como en julio de 2024, lo que indica una pausa en la expansión. La inflación aumentó un 2,2% en agosto de 2024, sin cambios con respecto a julio. Sin embargo, el resurgimiento de la inflación de los servicios hasta el 5,6% en agosto, a pesar de un descenso temporal en julio (5,2%), subraya el reto actual de controlar las presiones inflacionistas.

 

A pesar de los retos actuales, la confianza de los consumidores se mantuvo estable en -13 en agosto, sin cambios respecto a julio. Aunque la confianza en las finanzas personales ha mejorado, las expectativas para la economía británica han bajado por primera vez desde febrero. A medida que la inflación se ha moderado en los últimos seis meses, el crecimiento real de los salarios ha aumentado hasta el 2,2% en el periodo de mayo a julio de 2024, ofreciendo cierto alivio a los hogares. Además, la tasa de desempleo ha descendido ligeramente hasta el 4,1%, contribuyendo a un mercado laboral más favorable.

 

El mercado de la vivienda presenta un panorama desigual. El aumento de los compromisos hipotecarios, un 11,3% intertrimestral en valor en el segundo trimestre, indica una actividad renovada, en consonancia con un repunte de las nuevas originaciones de hipotecas según nuestros propios datos. Por otra parte, los datos de morosidad hipotecaria muestran que los nuevos casos de morosidad han disminuido en 0,5 puntos porcentuales intertrimestrales, situándose en el 11,0% del total de saldos pendientes en mora. A pesar de esta mejora, el nivel sigue siendo alto, lo que refleja la tensión financiera que sufren algunos propietarios de viviendas.

 

En general, la economía británica se encuentra actualmente en una fase de prudente estabilidad. Aunque el crecimiento se ha moderado y persisten algunas presiones inflacionistas, hay señales positivas como la mejora del crecimiento real de los salarios y un ligero descenso del desempleo. Sin embargo, las señales contradictorias del mercado de la vivienda y de la confianza de los consumidores sugieren que sigue siendo necesario un enfoque prudente y vigilante mientras la economía se ajusta a estas condiciones cambiantes.

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